
En Caracas, Venezuela, los espacios del programa patio abierto de la red de casas Don Bosco, ayuda a proporcionar a los niños que deambulan o viven en la calle un refugio y apoyo mientras ellos siguen buscando formas de sobrevivir.
La red de casas Don Bosco, es una asociación que atiende 10 casas que dan
cobijo a más de 1,300 menores de edad de todo el país y forman parte de los albergues infantiles que no dependen del Estado, el programa de patio abierto implica la entrada y salida de los menores en situación de calle, diariamente entran a la casa y aprovechan de sus espacios donde se les proporciona un lugar para el descanso, la recreación, donde pueden lavar sus ropa, darse un baño y comer sin necesidad de mendigar.
En este espacio se les proporciona no solo un entorno seguro, sino que además reciben orientación, apoyo psico-social, cuidados médicos y ayudando a los niños hacer frente a las extremas condiciones que viven en las calles.
Panorama general
Uno de cada cuatro niños en el mundo vive en países afectados por crisis
políticas, económicas o sociales. Así lo asegura el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Venezuela así como otros países del continente americano no escapan de esta situación.
Esté país sudamericano mantiene fuertes carencias de alimentos y medicinas pese a poseer la más importante reserva petrolera probada del planeta, los niños y niñas,que representan en números una parte importantes de la población total del país, son los más afectados por la actual situación económica .
Desde mediados de 2017, se ha incrementando y puesto en evidencia el retorno y la presencia de niños y niñas que deambulan o viven en las calles, principalmente pidiendo comida. Muchos niños han visto la necesidad de salir de sus casas en busca de comida. Afirman, que encuentran en las calles lo que no tienen en su casa, a través de la mendicidad consiguen ayuda de las personas para satisfacer sus necesidades básicas. Este es un fenómeno que se ha mantenido en un vaivén en la sociedad Venezolana durante décadas, este problema tan complejo, aun no se le han aportado soluciones efectivas que lo acaben definitivamente.
Este fenómeno tiende a agravarse porque los niños no solo están huyendo de la casa por un problema de violencia familiar, actualmente los niños están saliendo de sus hogares para conseguir que comer, quedarse en sus casas representaría no obtener alimentos ni para ellos ni para los demás integrantes del núcleo familiar que por lo general representan un abultado numero de hermanos.
El constante acenso sin tope Datos del último estudio de la Organización Cáritas de Venezuela, asegura que, el 35,5% es el total de niños pobres, de cero a cinco años, presenta alguna forma de desnutrición, mientras que 41% sale a mendigar comida o buscar alimentos en la basura. La Unesco, afirma que , los menores que hacen de la calle su casa se encuentran
en riesgo de sufrir abuso, explotación y violencia. La Red de Casa Don Bosco, ha hecho seguimiento a grupos de menores y han encontrado que en su quehacer diario utilizan armas blancas para defenderse y sobrevivir en las peleas por el control de la basura en los lugares más pudientes de la cuidad donde se podría conseguir desperdicios de mejor calidad.
Los menores alegan que además de las peleas con otros grupos por el control de la basura, la policía los acosa, intimida y maltrata constantemente, se presume a petición de los dueños de negocios de los lugares que frecuentan.
¿Cuál futuro?
Con la acentuación de la crisis social y económica que continua agravándose, el panorama que se nos presenta, es que los menores seguirán ausentándose de sus hogares, arriesgándose a buscar en las calles una salida para sobrevivir. Por consiguiente, hasta que se apliquen soluciones de forma adecuada en lo económico, se brinde un acceso oportuno a la salud publica y a una educación de calidad, este fenómeno continuara en aumento.